La importancia del diagnóstico precoz para nuestras mascotas adultas
Es norma general que el propietario de un perro o gato adulto acuda al menos una vez al año a su clínica veterinaria para realizar las vacunaciones, momento que el veterinario aprovecha para realizar una exploración externa al animal. En esta revisión general se pueden detectar problemas a través de las técnicas básicas de exploración (es decir, inspección, palpación, percusión y auscultación), tales como dermatitis, bultos o masas que han pasado desapercibidos para el propietario, problemas de oídos, soplos cardíacos, problemas oculares, entre otros.
Pero como sabemos, el tiempo pasa más deprisa para un animal que para nosotros, por lo que un perro de p.e. 9 o 10 años es considerado geriátrico. De esta forma lo que para un animal joven puede ser suficiente (una exploración anual) no lo es para uno más mayor.
Muchas patologías pueden solucionarse con un diagnóstico precoz, e incluso evitarse si se hace medicina preventiva. Por ello creemos que es importante en cualquier animal adulto, hacer al menos dos exploraciones físicas anuales, que se complementarán con algunas pruebas diagnósticas en el caso de animales más mayores.
Chequeos geriátricos
Al igual que a nadie resulta extraño que se realicen chequeos periódicos en personas mayores, a través de analíticas sanguíneas, electrocardiogramas, medida de presión arterial, radiografías o ecografías, etc., nuestras mascotas adultas y mayores también pueden y deben recibir su chequeo geriátrico que nos permitirá evitar o tratar ciertas patologías si se hace un diagnóstico preventivo y precoz.
De forma general (pues como ya sabemos, el tamaño y la raza influyen) los perros y gatos a partir de 7 u 8 años se considera que entran en la edad geriátrica, por lo que sería conveniente que, aparte de la exploración general realizada el día de su vacunación, se les realizara un chequeo geriátrico, el cual a grandes rasgos, puede incluir:
Examen general.
Analítica sanguínea y de orina básicas.
Electrocardiograma.
Radiografías abdominal y torácica.
Examen ocular.
Estos chequeos permiten detectar a tiempo ciertos problemas que, una vez han dado la cara con síntomas, van a ser mucho más difíciles de tratar. Por ejemplo, es común encontrarnos en estos chequeos problemas hepáticos y renales incipientes, que con un buen manejo dietético y alguna medicación van a tardar más tiempo en dar la cara.
Muchas veces en estos chequeos rutinarios se descubren problemas que de momento no estaban manifestándose o simplemente no eran muy evidentes:
Cataratas, esclerosis de cristalino, hipertensión, sobrepeso, artrosis, patologías hormonales, problemas hepáticos y renales, cardiopatías, soplos, arritmias…
En AV Veterinarios siempre hemos dado y seguimos dando mucha importancia a la medicina preventiva, por lo que realizamos chequeos geriátricos adaptados a cada mascota y propietario.